Se necesita una nueva conciencia y una moralidad totalmente nueva para que se produzca un cambio radical en la cultura y la estructura social actual. Es obvio; sin embargo, la derecha y la izquierda y los revolucionarios parecen descartarlo. Cualquier dogma, fórmula, o ideología es parte de la vieja conciencia; son un invento del pensamiento y de su actividad fragmentaria – la izquierda, la derecha, el centro. Es inevitable que dicha actividad lleve a los derramamientos de sangre de la derecha, de la izquierda o al totalitarismo. Esto es lo que sucede a nuestro alrededor. Vemos la necesidad de un cambio social, económico y moral pero siempre respondemos desde la vieja conciencia donde el pensamiento es el protagonista. El desorden, la confusión y la desdicha de los seres humanos pertenecen a esa área de la vieja conciencia y si eso no cambia profundamente, la actividad humana – política, economía, religión– solo puede traer destrucción, la nuestra misma y la de la tierra. –
J. Krishnamurti, Esa luz en uno mismo